casamiento


“El amor que conduce al matrimonio es un don de Dios y un gran acto de fe hacia los demás seres humanos”.

San Juan Pablo II

Queremos que el día de su boda sea lo más especial posible, asegurándonos de que estén completamente preparados para recibir el Sacramento del Matrimonio. Las parejas interesadas en comenzar su preparación con uno de nuestros sacerdotes o diáconos, por favor, llamen a nuestra Coordinadora de Bodas al 419.422.2646 con al menos 6 meses de anticipación a la fecha deseada.

¿Debo elegir una Misa o una Ceremonia?


Decisiones, decisiones, decisiones. La preparación matrimonial implica tomar muchas decisiones. Una de las más importantes es si celebrarán el sacramento del matrimonio en una celebración eucarística (misa) o como ceremonia nupcial. En algunos casos, la decisión es fácil, pero en otros no tanto. Dado que es la primera declaración que harán como pareja, aquí les presentamos algunas consideraciones a considerar al tomar esta importante decisión.


Si ambas partes y la mayoría de sus familiares y amigos son católicos practicantes, la opción debería ser el matrimonio dentro de la Celebración Eucarística. Así tendrán la oportunidad de celebrar tanto la unidad del hombre y la mujer en el Sacramento del Matrimonio, como la celebración de nuestra unidad en el Cuerpo de Cristo.


Si ambas partes son católicas y las familias y amigos no lo son, la decisión es un poco más difícil. Hay que tener en cuenta a las familias y cómo se sentirán si no pueden comulgar. ¿Las invitarías a tu casa y luego no las dejarías comer en tu mesa? Esto podría causar estrés y resentimiento. Sin embargo, si decides celebrar una misa, debes comunicarles a las familias que no podrán comulgar debido a las enseñanzas de la Iglesia.


Si una de las partes y su familia son católicos y la otra parte y su familia provienen de otra tradición religiosa, entonces la opción debería ser la ceremonia nupcial. Esto se debe a que, cuando dos personas se unen en el sacramento del matrimonio, también se unen las familias. Y bajo ninguna circunstancia se debe aislar a una familia con una decisión que la excluya de la plena participación en la liturgia.


Si una de las partes es católica y la otra nunca ha sido bautizada, la opción es la ceremonia nupcial. La ley eclesiástica establece que si una de las partes no está bautizada, no se puede celebrar la Liturgia de la Eucaristía. Por lo tanto, la ceremonia nupcial es la única opción.


El mejor consejo que podemos darte es que seas sensible a las necesidades de todos. No excluyas a nadie y celebra a lo grande la nueva creación: ¡tú como UNO!